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Ingredientes: 1 l de leche; 225 g de mantequilla; ¼ kg de
nueces; ¼ kg de queso roquefort; 200 g de harina (aproximadamente 3 cucharones);
1 cebolla, 3 o 4 huevos; pan rallado; aceite de oliva, y un poco de sal.
- Preparación: Pelamos y cortamos la cebolla en trocitos
pequeños que refreiremos en la mantequilla derretida en una sartén. Cuando la cebolla
está transparente, añadimos la harina, removemos y dejamos hacer un poquito
para que se tueste, agregando seguidamente la leche poco apoco y, antes de
terminar el l aproximadamente, pondremos el queso roquefort troceado y las
nueces partidas. Removemos, probamos de sal, por si hay que añadirla, y cuando
la masa se desprende del recipiente estará lista para verter en una fuente
donde se enfriará para, una vez bien fría, dar forma a las albóndigas que pasaremos
por huevo y pan rallado (también harina si lo cree conveniente) antes de freír.
Podemos freírlas seguidamente o congelarlas. También, si lo desea, dándole
forma de croqueta, habrá hecho unas excelentes
croquetas de roquefort y nueces. Podemos acompañarlas con una salsa de tomate o una ensalada.
Esta receta nos la ha facilitado nuestro amigo Jesús Nieto, profesor de cocina.
Algunas curiosidades sobre el queso:
Queso. Producto obtenido por maduración de la
cuajada de la leche con características propias para cada uno de los tipos
según su origen o método de fabricación. Las bacterias se encargan de acidificar la
leche, jugando también un papel importante en la definición de la textura y el sabor
de la mayoría de los quesos. Algunos también contienen mohos,
tanto en la superficie exterior como en el interior. Los hay curados, frescos,
a las hierbas…Su origen puede remontarse al VIII milenio a.C., cuando se
domesticó la oveja, constatándose que griegos y romanos ya dominaban su
preparación, atribuyéndose su invención a héroes (Aristeo, hijo de Apolo). La
palabra queso deriva del latín CASEUS, sin embargo, en la época romana, se hizo famoso el
término formaticum entre los legionarios, de caseus formatus, que
significa queso moldeado. Así se tiene que en francés francés se diga fromage, en italiano formaggio, etc.
Podemos
decir que es una rica fuente de calcio, proteínas y fósfor,
compartiendo con la leche sus problemas nutricionales, derivados del alto
contenido en grasas saturadas, consistentes en triglicéridos y ácido graso saturado. Este tipo de grasas influyen muy negativamente en
enfermedades cardiovasculares.
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