domingo, 29 de noviembre de 2015

Albóndigas de roquefort y nueces



-       Ingredientes: 1 l de leche; 225 g de mantequilla; ¼ kg de nueces; ¼ kg de queso roquefort; 200 g de harina (aproximadamente 3 cucharones); 1 cebolla, 3 o 4 huevos; pan rallado; aceite de oliva, y un poco de sal.
-     Preparación: Pelamos y cortamos la cebolla en trocitos pequeños que refreiremos en la mantequilla derretida en una sartén. Cuando la cebolla está transparente, añadimos la harina, removemos y dejamos hacer un poquito para que se tueste, agregando seguidamente la leche poco apoco y, antes de terminar el l aproximadamente, pondremos el queso roquefort troceado y las nueces partidas. Removemos, probamos de sal, por si hay que añadirla, y cuando la masa se desprende del recipiente estará lista para verter en una fuente donde se enfriará para, una vez bien fría, dar forma a las albóndigas que pasaremos por huevo y pan rallado (también harina si lo cree conveniente) antes de freír. Podemos freírlas seguidamente o congelarlas. También, si lo desea, dándole forma de croqueta, habrá hecho unas excelentes croquetas de roquefort y nueces. Podemos acompañarlas con una salsa de tomate o una ensalada.
            Esta receta nos la ha facilitado nuestro amigo Jesús Nieto, profesor de cocina.
Algunas curiosidades sobre el queso:
Queso. Producto obtenido por maduración de la cuajada de la leche con características propias para cada uno de los tipos según su origen o método de fabricación. Las bacterias se encargan de acidificar la leche, jugando también un papel importante en la definición de la textura y el sabor de la mayoría de los quesos. Algunos también contienen mohos, tanto en la superficie exterior como en el interior. Los hay curados, frescos, a las hierbas…Su origen puede remontarse al VIII milenio a.C., cuando se domesticó la oveja, constatándose que griegos y romanos ya dominaban su preparación, atribuyéndose su invención a héroes (Aristeo, hijo de Apolo). La palabra queso deriva del latín CASEUS, sin embargo, en la época romana, se hizo famoso el término formaticum entre los legionarios, de caseus formatus, que significa queso moldeado. Así se tiene que en francés francés se diga fromage, en italiano formaggio, etc.
Podemos decir que es una rica fuente de calcio, proteínas y fósfor, compartiendo con la leche sus problemas nutricionales, derivados del alto contenido en grasas saturadas, consistentes en triglicéridos y ácido graso saturado. Este tipo de grasas influyen muy negativamente en enfermedades cardiovasculares.




      


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