Recordamos previamente nuestra receta de rabo de toro:
- Ingredientes: Un rabo de toro; 2 cebollas; 4 dientes
de ajo; 1 pimiento verde; 1 zanahoria; 2 hojas de laurel; pimienta negra
en grano; 1 guindilla; 1 chorreón de vino; agua; aceite de oliva, y sal.
- Preparación: Ponemos en una cazuela la cebolla, los ajos,
la zanahoria y el pimiento picados,rehogamos hasta que estén pochados,
añadiendo seguidamente el rabo de toro troceado, la pimienta en grano, el
laurel, la guindilla, la sal y volvemos a rehogar, echándole a continuación el
vino y, cuando evapore un poco este último, agregamos un poco de agua y
esperamos a que hierva hasta que el rabo esté tierno. Opcionalmente, podemos
añadirle un poco de chorizo troceado, trozos de patatas en cuartos y un poco de
guisantes.
Con los restos de este guiso, una vez hayamos apartado los huesos y retirado las hojas de laurel, y desmenuzada la carne, utilizaremos 3/4 l de leche; 3 cucharones grandes de harina; 1 cebolla; 1 pastilla de concentrado de caldo; 2 o 3 huevos; pan rallado, y aceite de oliva.
-
Preparación: Ponemos aceite en la sartén donde vayamos a hacer la masa de las croquetas y cuando está caliente añadimos la cebolla muy picadita, esperando a que poche para, a continuación, agregar la harina, friéndola un poco, y seguidamente echamos la carne con los restantes ingredientes que llevaba el rabo de toro (pimienta, zanahoria, etc.), rehogamos un poco y echamos el concentrado de caldo, volvemos a marear y añadimos la leche poco a poco sin dejar de remover hasta que la masa se desprenda de la sartén. Ponemos la masa en una fuente, dejamos que enfríe y hacemos las croquetas pasándolas por el huevo batido y el pan rallado antes de freirla. Podemos congelarlas y cocinarlas cuandonos apetezca.
Algunas curiosidades sobre el huevo:
Huevo. Cuerpo
redondeado, de tamaño y dureza variables, que producen las hembras de las aves
o de otras especies animales, y que contiene el germen del embrión y las
sustancias destinadas a su nutrición durante la incubación. Los huevos de las aves constituyen un alimento
habitual, muy rico en proteínas y de fácil digestión, siendo el componente principal
de múltiples platos dulces y salados, y un complemento imprescindible en muchos
otros. Los más consumidos son los de
gallina, seguidos de los de pato, oca y codorniz. Desde tiempos prehistóricos
ha sido para el ser humano una fuente rica en proteínas. Su nombre procede del
latín ovum.
Es una fuente barata
y rica de proteínas,
y en casi todas sus preparaciones son muy digestivos; también son ricos en vitaminas
(aunque carecen de la vitamina C) y en minerales esenciales. No obstante, hay
alguna polémica sobre su contenido en colesterol,
que es alto, y si eso puede producir hipercolesterolemia en quien lo ingiere. Sin
embargo, la yema del huevo es rica
también en fosfolípidos, en especial fosfatidilcolina
o lecitina,
que por esterificación y sustitución detergerían o limpiarían del peligroso
colesterol malo (LDL).
No es un tema que esté claro ni zanjado, como tantos otros en nutrición. La
consideración tradicional de no tomar más de dos huevos al día ni más de diez a la semana, sigue siendo válida.
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