Volvemos a asomarnos en nuestro blog a lugares donde recientemente hemos estado y disfrutado de
paisajes, cocina y, sobre todo, de personas muy especiales: nuestros hijos. En este caso, retornamos a Conil de la Frontera, en Cádiz, y su hermoso y envidiable entorno, dándose la circunstancia de que nuestra presencia allí ha coincidido con las celebraciones gastronómicas en torno a esa joya culinaria que es el atún de almadraba (pesca de esa especie con la milenaria técnica de la almadraba en Conil, Zahara, etc.), el "cerdo del mar", como alguien lo ha bautizado, refiriéndose a que de él se aprovecha absolutamente todo. Recordemos algunas de las características de este protagonista del mar y de nuestros platos:
Atún (Thunnus
thynnus)
Pez teleósteo, acantopterigio,
común en los mares de España, frecuentemente de dos a tres metros de largo,
negro azulado por encima y gris plateado por debajo, y con los ojos muy pequeños.
Su carne, tanto fresca como salada, es de gusto agradable. Su nombre proviene del árabe hispano
attún, este del árabe clásico tunn, y este del griego θύννος.
Rojo o
cimarrón, blanco, de aletas amarillas o patudo, el atún es uno de los pescados azules más
consumidos en nuestro país. Su carne posee un 12% de grasa, lo que lo convierte
en un pescado graso, pero se trata de una grasa rica en ácidos grasos omega3,
que ayuda a disminuir los niveles de colesterol y de triglicéridos en sangre y
a hacer la sangre más fluida, lo que disminuye el riesgo de aterosclerosis y
trombosis. Por este motivo es recomendable el consumo de atún y otros pescados
azules en caso de enfermedades cardiovasculares. Es rico en vitaminas del grupo
B y minerales como el fósforo, magnesio, yodo y hierro. Su ingestión no es
recomendable en el caso de padecimientos como la hiperuricemia o gota.
El viernes 12, por la noche, tuvimos ocasión de cenar en La Ola, justo al lado de la orilla del mar en la misma playa de Conil. Disfrutamos, a la vez, de una esplendorosa puesta de sol y una cena inolvidable, ligera, pero completa y nutritiva: compartimos ensalada de ventresca de atún con tomate y mozzarella, milhojas de queso de cabra y foie, chocos fritos y bocinegro al aceite (denominación
que se da al pargo en la zona), todo ello regado por un magnífico vino blanco semidulce, Tierra Blanca. De postre, helado envuelto una especie de pasta brick frita, ¡exquisito!
El sábado 13, al mediodía, nos acercamos hasta Barbate, donde pudimos comprar magníficas conservas y salazones, la mayoría de ellas relacionadas con el atún, paseamos por la población, su paseo marítimo, y nos acercarmos a uno de sus restaurantes más reputados:
Por la noche de ese domingo habíamos reservado mesa en La Castillería, una experiencia culinaria y
El lunes 15, tras almorzar un puchero en casa, retornamos a Hinojos, Huelva, esperando volver pronto a ver a los chicos y... Pergeñando nuevas salidas y experinecias culinarias futuras, como las previstas en julio, en Tierra Santa, y, junto a un grupo de amigos, en el mes de agosto, realizando los últimos 120 km del Camino de Santiago, partiendo desde Sarria, en Lugo. De lo que probemos en estas aventuras nos haremos eco en este blog.
Asimismo, antes o después, también escribiremos sobre el disfrute de los sentidos en Huelva y su entorno.
¡Hasta pronto!
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