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Ingredientes: De medio kg a ¾ kg de de sangre;
cuatro cebollas grandes; aceite de oliva, y sal.
- Preparación: En una sartén con un poco de aceite
de oliva freímos la mitad de una cebolla bien picada y cuando está sancochada
añadimos la sangre partida en cuadraditos con un poco de sal, rehogando hasta
que esté casi refrita y reservamos. Aparte, en otra sartén con aceite,
refreímos el resto de las cebollas bien picadas y, cuando están casi a punto,
le echamos la sangre y la cebolla refrita que habíamos reservado, volvemos a
rehogar, probamos de sal, rectificamos si fuera necesario, y, ya bien mareado,
retiramos del fuego, esperando un poco antes de servir.
Algunas curiosidades sobre el aceite de oliva:
Aceite de oliva. El aceite es un líquido
graso de color verde amarillento que se obtiene prensando las aceitunas. La
aceituna procede del olivo (Olea europaea),
árbol vecero originario de la cuenca mediterránea (Siria, Líbano o Asia Menor),
introducido en nuestro país por los fenicios, del que hay muchas variedades:
picual, hojiblanca, verdial, arbequina, manzanilla, gordal…; unas se orientan
al consumo de mesa –manzanilla– y otras a la obtención de aceite –picual–.
Nuestro país es el primer productor mundial de aceitunas. Existen distintos
tipos de aceite como el virgen, el virgen extra o el de orujo de oliva. El
término aceite procede del árabe clásico azzayt, que a su vez procede del arameo zaytā.
El aceite de oliva es
la base de la conocida dieta mediterránea.
Se le considera como la grasa más saludable por su gran contenido en ácido
oleico que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y hepáticas. Su
uso se pierde en la noche de los tiempos: el Egipto de los faraones, la Creta minoica y la Grecia antigua ya lo usaron
como elemento fundamental de sus respectivas cocinas.
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