- Ingredientes: 100
g de pan asentado; 4 huevos; 2 o 3 pimientos choriceros; 5 o 6 dientes de ajo; 1 guindilla
pequeña (opcional); agua; 6 o 7 cucharadas de aceite de oliva, y sal.
-
Preparación: Se corta el pan a rebanaditas finas mientras
hemos colocado en una cazuela el aceite y los ajos; cuando ya están tiernos se
sacan y se machacan en un mortero mientras, en la cazuela, se echa el pan y,
cuando está dorado, se le añaden aproximadamente 1 litro de agua hirviendo,
los ajos machacados, la guindilla y los pimientos choriceros, cortados a tiras
finas y sin piel (es bueno ponerlos en agua muy caliente un buen rato para retirar la piel), más una pizca de sal. Cuando todo haya hervido y se haya
reducido el agua, se prueba de sal, rectificando si es necesario, y añadimos
los huevos para que se pochen a gusto (hemos de tener cuidado de retirar la guindilla).
Algunas curiosidades sobre el ajo:
Ajo (Allium sativum).
Planta de la familia de las Liliáceas, aunque hoy se tiende a incluirla entre
las Aliáceas, de 30 a
40 cm de
altura, con hojas ensiformes muy estrechas y bohordo con flores pequeñas y
blancas. El bulbo es también blanco, redondo y de olor fuerte y se usa mucho
como condimento. Existen diversos tipos:
blanco, rosado, etc. Aunque posee un origen incierto, se le considera oriundo
de Asia,
desde donde se extendió a toda Europa
y, desde aquí, hacia América a través de los conquistadores españoles. En Egipto era consumido
por los esclavos que trabajaban en la construcción de las pirámides, ya que se
le atribuían propiedades fortificantes y vigorizadoras. Durante los tiempos de
la Grecia y Roma
antiguas era consumido principalmente por soldados, navegantes y campesinos.
Los gladiadores
eran muy aficionados a su consumo por las propiedades excitantes de la libido
que se le atribuían. En la Edad Media ya se le usaba con fines terapéuticos, generalmente
para combatir enfermedades bacterianas. El término ajo procede del latín alĭum.
En gastronomía tiene un protagonismo
estelar al ser aderezo indispensable de muchos platos, pudiendo utilizarse en
forma de cabezas, dientes del bulbo o laminados. Actualmente, el ajo es muy
utilizado en la medicina naturista, teniendo una amplia utilización
farmacológica. Es eficaz como antibiótico,
combatiendo numerosos hongos, bacterias y virus;
en el control de enfermedades cardíacas, ya que reduce el bloqueo de las arterias
y aminora la presión arterial y el colesterol;
incrementa el nivel de insulina en el cuerpo; controla los daños causados por la arteriosclerosis y el reuma.
También se lo relaciona con la prevención de ciertos tipos de cáncer
y en la reversión del estrés
y la depresión.
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