- Ingredientes: 1 kg de carne de cerdo magra troceada; 1 kg
de tomate triturado de lata; 3 dientes de ajo; 1 cebolla; 1 pimiento
verde; un poco de vino blanco; azúcar; agua; aceite de oliva, y sal.
Preparación: Lavamos la carne y la reservamos. Aparte, en una cazuela, ponemos aceite y cuando está caliente le añadimos la cebolla y los ajos partidos, agregamos el pimiento verde entero o partido cuando la cebolla comienza a estar transparente y seguidamente echamos la carne, rehogando y dejando hacer lentamente. Cuando la carne adquiere un tono dorado le añadimos un chorreón de vino y un poco de sal; si está todavía dura cuando ha reducido el vino, podemos añadir un poco de agua hasta que la carne esté más tierna. Cuando se haya evaporado el agua, agregamos el tomate, rehogamos y podemos añadir azúcar para reducir la acidez, dejando hacer a fuego muy bajo hasta que carne y tomate estén a su gusto.
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Sugerencias: Como en el caso anterior, cambiando la carne
podemos tener un plato de Carne de
ternera con tomate, e igualmente podemos utilizar los mismos acompañamientos.
Algunas curiosidades sobre el cerdo:
Cerdo (Sus scrofa domestica o Sus domesticus). Mamífero artiodáctilo del grupo de los Suidos, que se cría en domesticidad para aprovechar su cuerpo en la alimentación humana. Fue domesticado hace unos 5.000 años, encontrándose en casi todo el mundo.
De él existen cinco subespecies, siendo la Sus scrofa scrofa la más común en nuestro continente y en el África Occidental. La forma silvestre es el jabalí. El nombre procede de cerda, pelo grueso.
Es una de las carnes más consumidas en
el mundo, pero al mismo tiempo se considera prohibida por algunas religiones,
por ejemplo: es considerado treifá en el Judaísmo,
o haram bajo las leyes islámicas. Es además una
de las más aprovechadas, formando parte de nuestra alimentación una gran gama
de productos que proceden del cerdo: jamón, chorizo, bacón, morcilla, tocino, paté, etc. Su carne, muy gustosa, ha estado sometida a profundas controversias sobre
su conveniencia, especialmente en lo relativo a sus grasas. No obstante, sobre
estas diferencias hay que señalar
que la
carne de cerdo contiene ácidos grasos saturados, poco saludables al estar
implicados directamente en el aumento de colesterol en sangre, pero también
contiene ácidos grasos monoinsaturados (grasa buena) y en proporción superior
al resto de carnes. El contenido proteico depende de la especie, edad del animal
o la parte de la canal de la que proceda la carne. Además, la carne de cerdo es rica en minerales, vitaminas
liposolubles y una cantidad de colesterol que varía, siendo moderada en carne y
mayor en vísceras y despojos.
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