martes, 29 de marzo de 2016

Cocido refrito



-       Ingredientes: Restos del cocido del día anterior –o más de un día– (de calabaza, de haba, etc.), con
      o sin pringada; 3 o 4 dientes de ajo, y un poco de aceite de oliva. Nosotros hemos utilizado restos del cocido de calabaza (publicado en nuestro libro y en nuestro blog) con un poco de pringada.
-       Preparación: En una sartén con un poco de aceite de oliva freímos los ajos partidos y añadimos el cocido, rehogamos y listo para comer. Si el cocido tiene mucho caldo podemos echarle un poco de arroz, esperamos a que esté a punto este último, y listo para servir.
     Algunas curiosidades sobre el ajo:

     Ajo (Allium sativum). Planta de la familia de las Liliáceas, aunque hoy se tiende a incluirla entre las Aliáceas, de 30 a 40 cm de altura, con hojas ensiformes muy estrechas y bohordo con flores pequeñas y blancas. El bulbo es también blanco, redondo y de olor fuerte y se usa mucho como condimento. Existen diversos tipos: blanco, rosado, etc.
Aunque posee un origen incierto, se le considera oriundo de Asia, desde donde se extendió a toda Europa y, desde aquí, hacia América a través de los conquistadores españoles. En Egipto era consumido por los esclavos que trabajaban en la construcción de las pirámides, ya que se le atribuían propiedades fortificantes y vigorizadoras. Durante los tiempos de la  Grecia y Roma antiguasera consumido principalmente por soldados, navegantes y campesinos. Los gladiadores eran muy aficionados a su consumo por las propiedades excitantes de la libido que se le atribuían. En la Edad Media ya se le usaba con fines terapéuticos, generalmente para combatir enfermedades bacterianas. El término ajo procede del latín alĭum.
En gastronomía tiene un protagonismo estelar al ser aderezo indispensable de muchos platos, pudiendo utilizarse en forma de cabezas, dientes del bulbo o laminados. Actualmente, el ajo es muy utilizado en la medicina naturista, teniendo una amplia utilización farmacológica. Es eficaz como antibiótico, combatiendo numerosos hongos, bacterias y virus; en el control de enfermedades cardíacas, ya que reduce el bloqueo de las arterias y aminora la presión arterial y el colesterol; incrementa el nivel de insulina en el cuerpo; controla los daños causados por la arteriosclerosis y el reuma. También se lo relaciona con la prevención de ciertos tipos de cáncer y en la reversión del estrés y la depresión.


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