- Ingredientes: 300 g de gurumelos; de 3/4 kg a 1 g de chocos; 1/2 kg de habas; 1
cebolla y 1/2; 2 o 3 dientes de ajo; 1 hoja de laurel; una cucharada de pimentón; un poco de comino; un vaso de vino blanco; agua; aceite de oliva, y sal.
- Preparación: Freímos la cebolla picadita en una cacerola con aceite de oliva, echándole el pimentón y rehogando cuando la cebolla esté sancochada. A continuación le agregamos el choco cortado en tiras, las habas peladas, los gurumelos limpios y laminados o troceados; volvemos a remover y añadimos el laurel, el comino, el vino y la sal, dejando hervir y añadiendo agua hasta que los chocos y las habas estén tiernos.
Algunas curiosidades sobre el choco:
Choco (Jibia) (Sepia officinalis). Molusco
cefalópodo dibranquial, decápodo, de cuerpo oval, con una aleta a cada lado. De
los diez tentáculos, los dos más largos llevan ventosas sobre el extremo,
mientras que los otros ocho las tienen en toda su longitud. En el dorso,
cubierta por la piel, tiene una concha calcárea, blanda y ligera. Alcanza unos 30 cm de largo, abunda en los
mares templados y es comestible. El término choco
quizá proviene del gallego o portugués chôco; mientras que jibia lo hace del
latín sepĭa,
y este del griego σηπία.
Sus
propiedades son muy similares a las del calamar.
Es un alimento
muy interesante para los deportistas porque aporta proteínas sin apenas grasas
y es una fuente de vitamina B12, selenio, fósforo, hierro y calcio. Además su
textura cartilaginosa la hacen un alimento de interés para las articulaciones,
por lo que se recomienda tomarla aliñada con zumo de limón para nutrir el
colágeno.
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