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Ingredientes: 20 obleas; 250/300 g de puerros; 200 g de bacón;
20 lonchas de queso; 1 huevo; un poco de aceite de oliva, y sal a gusto.
- Preparación: Ponemos en una sartén un poco de aceite de
oliva a calentar y freímos el bacón partido en tiritas; cuando empiezan a dorarse,
agregamos los puerros bien lavados y muy partiditos esperando a que estén tiernos, retirando
del fuego, escurriendo y dejando enfriar. Aparte, colocamos las obleas sobre la
tabla de cocina y ponemos sobre ellas una loncha de queso doblada por la mitad,
encima una cucharada del preparado de puerros y bacón, ya frío, y cerramos doblando
por los cuatros lados hasta formar un paquetito (también podemos hacerlo en forma
de media luna). Pincelamos con el huevo batido y freímos en abundante aceite de
oliva.
Esta receta es de nuestra buena amiga Toñi Rivero Olmendo.
Algunas curiosidades sobre el puerro:
Puerro (Allium
ampeloprasum var. porrum). Planta herbácea
anual, de la familia de las Liliáceas, con cebolla alargada y sencilla, tallo de seis a ocho decímetros, hojas planas, largas, estrechas y enteras, y flores en umbela, con pétalos de color rojizo. El bulbo de su raíz es comestible. El verdadero origen del puerro no se conoce con
certeza, ya que nunca se ha encontrado una variedad silvestre. No obstante, se
cree que procede de Mesopotamia, Egipto, Turquía e Israel, donde se consumía
hacia el año 4000 o 3000 a.C.
Su nombre proviene del latín porrum.
El
agua es el componente mayoritario, lo que, unido a su bajo contenido en
hidratos de carbono, convierte al puerro
en un alimento de escaso aporte calórico. Además, presenta una cantidad
importante de fibra y de algunas vitaminas y minerales. En cuanto a su
composición en minerales, destaca su contenido en potasio, así como en
magnesio, calcio y hierro.
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