-
Ingredientes: 150
g de almendras crudas; 2 dientes de ajo; miga de pan
de un bollo o una viena; un chorreón de vinagre; agua; un chorreón de aceite de
oliva, y sal.
- Preparación: Ponemos la miga de pan en remojo y la batimos,
una vez la hayamos escurrido, junto con los ajos, las almendras, el aceite y el
vinagre. Una vez batido, añadimos un poco de sal y volcamos el resultado sobre un
bol o una fuente honda. Metemos en el frigorífico más de una hora antes de
servir, añadiéndosele agua cuando vayamos a tomarlo hasta que adquiera una consistencia
fluida similar a la del gazpacho, o a su gusto. Un poco de cebollino cortado y una perla de aceite de oliva le prestaran a su presentación un aspecto y un sabor magníficos.
Algunas curiosidades sobre el ajo:
Ajo
(Allium sativum).
Planta de la familia de las Liliáceas, aunque hoy se tiende a incluirla entre
las Aliáceas, de 30 a
40 cm de
altura, con hojas ensiformes muy estrechas y bohordo con flores pequeñas y
blancas. El bulbo es también blanco, redondo y de olor fuerte y se usa mucho
como condimento. Existen diversos tipos:
blanco, rosado, etc. Aunque posee un origen incierto, se le considera oriundo
de Asia,
desde donde se extendió a toda Europa y, desde aquí, hacia América a través de los conquistadores españoles. En Egipto era consumido
por los esclavos que trabajaban en la construcción de las pirámides, ya que se
le atribuían propiedades fortificantes y vigorizadoras. Durante los tiempos de
la Grecia y Roma
antiguas era consumido principalmente por soldados, navegantes y campesinos.
Los gladiadores
eran muy aficionados a su consumo por las propiedades exitantes de la libido
que se le atribuían. En la Edad Media ya se le usaba con fines terapéuticos, generalmente
para combatir enfermedades bacterianas. El término ajo procede del latín alĭum.
En gastronomía tiene un protagonismo
estelar al ser aderezo indispensable de muchos platos, pudiendo utilizarse en
forma de cabezas, dientes del bulbo o laminados. Actualmente, el ajo es muy
utilizado en la medicina naturista, teniendo una amplia utilización
farmacológica. Es eficaz como antibiótico,
combatiendo numerosos hongos, bacterias y virus;
en el control de enfermedades cardíacas, ya que reduce el bloqueo de las arterias
y aminora la presión arterial y el colesterol;
incrementa el nivel de insulina en el cuerpo; controla los daños causados por la arteriosclerosis y el reuma.
También se lo relaciona con la prevención de ciertos tipos de cáncer
y en la reversión del estrés y la depresión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario