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Ingredientes: De ¼ kg a 300 g de piparras; aceite de oliva,
y sal.
- Preparación: Lavamos y secamos bien las piparras con papel
de cocina para, a continuación, en una sartén con un poco de aceite de oliva,
freírlas hasta que estén a su gusto. Seguidamente, una vez en la fuente o en un
plato grande, le ponemos un poquito de sal. Por sí mismas, como un aperitivo, o
acompañando a una carne, resultan muy sabrosas, aunque algunas, como los
pimientos de Padrón, pueden resultar picantes. Son muy del gusto de navarros,
vascos y aragoneses.
Algunas curiosidades sobre la piparra:
Piparra (Caspicum frutescens). Las piparras, también
conocidas como las guindillas de Ibarra, son un ecotipo de guindilla desarrollado en el País Vasco y mayoritariamente en la zona de Ibarra (Guipúzcoa), es un producto de reconocida
fama entre los consumidores por su sabor y ternura. Son conocidos como langostinos
de Ibarra. La guindilla pertenece a una variedad
autóctona de pimiento que ha desarrollado una serie de características que las diferencian de otros debido a la transformación que ha sufrido la planta (el pimiento es originario de América) al ir adaptándose a las carcaterísticas climatológicas de la zona. La plantación se realiza entre abril y mayo, y la recolección va desde finales de julio hasta finales de octubre o mediados de noviembre. La recogida de la guindilla varía siendo cada dos días en los meses soleados y llegando a ser quince días en épocas de mal tiempo.
Las
cualidades organolépticas tan extraordinarias que posee se deben a la
temperatura de la zona. Al igual que los pimientos, posee aromas a pirazina,
que en verde combina con hierbas de aromas frescos, como la albahaca, el
perejil, el cebollino, la menta… Acompañada de tomates y aceite de oliva, que
despiertan las notas ácidas y picantes, estimulan el sabor y el apetito.
Salazones y productos con larga curación, como anchoas, mojama, quesos, jamón y
cecina, pueden ser una buena combinación.
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