- Ingredientes:
1 kg de
patatas; 4 huevos; aceite de oliva, y sal.
- Preparación: Pelamos las patatas, las
lavamos y partimos —en rodajas o palitos— y las freímos en una sartén honda o
una freidora con abundante aceite caliente. Terminadas de freír las patatas, con
el mismo aceite y en una sartén más pequeña, freímos los huevos. Si queremos
que los huevos tengan “encajes” tendremos que poner el aceite muy caliente.
- Sugerencias: Nunca un plato tan sencillo
fue tan satisfactorio para estómagos tan diversos, humildes o exigentes. Admite
muchas variaciones como las de ponerles un poco de chorizo, que también freímos,
ajitos laminados fritos, cebollas y/o pimientos fritos, etc. Un poco de
pimentón sobre los huevos mientras se fríen también les prestará un toque distinto
y apetecible.
Algunas curiosidades sobre la papa o patata:
Papa (Solanum tuberosum). La
papa
o patata es una planta de la familia de las solanáceas
que se cultiva en casi todo el mundo por su tubérculo comestible.
Según recientes estudios genéticos de la Universidad de Wisconsin, es originaria del altiplano andino en un área
que coincide aproximadamente con el sur del Perú,
donde ha sido cultivada y consumida al menos desde el VIII milenio a.C.
Introducida en Europa
por los conquistadores españoles,
tardó en incorporarse a la dieta por contener sustancias tóxicas
en sus partes verdes, pero se ha convertido en uno de los principales cultivos
del planeta a partir de los ss. XVIII y XIX. Hay muchas variedades:
blanca, canchán, colorada, criolla, huayco, etc. El término papa
es un préstamo de la lengua quechua y patata
sería el resultado del cruce de batata (Ipomoea
batatas), originaria de la isla de La Española, y la quechua papa.
Frita, asada o guisada forma parte de
nuestra dieta. Es rica en agua y en fécula en forma de almidón, y se ha
convertido en uno de los alimentos más útiles para los seres humanos por sus
cualidades antioxidantes y anticancerígenas.
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