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lunes, 20 de agosto de 2018

Cocido Lebaniego


                                       
Ingredientes: Un puñado y medio de garbanzos de Potes por persona; un zancarrón o jarrete de ternera; 1 muslo de pollo; un trozo de cerdo (opcional); una punta de jamón o hueso de jamón; 1 chorizo; un trozo de panceta (150 g hemos puesto); 2 huevos; 2 patatas; 2 puerros; 2 zanahorias; ½ col; 2 dientes de ajo; un poco de perejil; pan asentado; aceite de oliva, y sal.  

   - Preparación: Ponemos los garbanzos en un recipiente con agua desde la noche anterior a la elaboración del cocido y añadimos un puñado de sal. A la mañana siguiente, colocamos en un recipiente agua a hervir (mejor si es mineral) y cuando está hirviendo agregamos los garbanzos junto con la ternera, el jamón y la panceta, reducimos el fuego a medias y espumamos. Cuando lleve una hora y cuarto hirviendo, añadimos el pollo, el chorizo, los puerros pelados y cortados, las patatas peladas enteras y las zanahorias peladas y partidas en rodajas, dejando el mismo fuego y eliminando, de vez en cuando, la espuma. Pasada unas dos horas más, si los garbanzos están a su gusto, retiramos el caldo y, aparte, en una sartén con aceite de oliva, freímos la “bolas” que habremos hecho con el pan muy desmigado mezclado con los dientes de ajo muy partiditos, los dos huevos, un trozo de chorizo y panceta y un poco de perejil picado (las fabricaremos moldeándolas con las manos). Para servir, calentamos el caldo al que podemos añadir fideos, trozos de corteza de pan o, simplemente, las bolas que dejamos hervir unos minutos con el caldo y comerán en el orden que deseen: la sopa, primero, después los garbanzos con las verduras y, finalmente, la carne…, o invierten el orden a su gusto.
-      Sugerencias: Las verduras podríamos cocerlas aparte y luego refreírlas en un poco de aceite y pimentón, añadiéndolas cuando vayamos a servir los garbanzos con la carne. Finalmente, si disponemos de poco tiempo, podríamos recurrir a la siempre eficiente olla exprés.
-        Nota: Este plato, contundente y exquisito, tan del gusto de cántabros y otras gentes del Norte y de la Submeseta Norte con otras denominaciones, lo hemos probado en nuestra reciente experiencia peregrina en el Camino Lebaniego, siéndonos también de mucha utilidad los consejos de nuestra amiga Toñi Rivero Olmedo.
      Algunas curiosidades sobre el garbanzo:

Garbanzo (Cicer arietinum). Planta herbácea de la familia de las Papilionáceas, de cuatro o cinco decímetros de altura, tallo duro y ramoso, hojas compuestas de hojuelas elípticas y aserradas por el margen, flores blancas, axilares y pedunculadas, y fruto en vaina inflada, pelosa, con una o dos semillas amarillentas, de un centímetro aproximadamente de diámetro, gibosas y con un ápice encorvado. El origen del cultivo del garbanzo es discutido. Podría situarse con cierta seguridad en el Medikterráneo Oriental: Grecia, Turquía o Siria desde donde se expandió por todas la regiones ribereñas del Mediterráneo con relativa rapidez. Pasó posteriormente a Persia, al Asia Central y también al subcontinente Indio.
            El garbanzo es una legumbre con importantes cualidades culinarias y nutritivas. Los garbanzos pueden comerse cocidos, tostados, fritos e incluso en forma de harina (harina de garbanzo). Pero no debe de olvidarse tampoco que esta legumbre ha sido consumida en algunas zonas también como infusión, en una especie de café, una vez que los garbanzos han sido tostados y molidos. La carne del pobre, como también se conoce al garbanzo, es de una riqueza considerable en lo que a aportes nutritivos se refiere. Es rico en proteínas, en almidón y en lípidos (más que las otras legumbres), sobre todo de ácido oleico y linoleico, que son insaturados y carentes de colesterol. Del mismo modo, el garbanzo es un buen aporte de fibra y calorías.


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