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jueves, 19 de mayo de 2016

Disfrutando de los sentidos... V

   Volvemos a asomarnos en nuestro blog a lugares donde recientemente hemos estado y disfrutado de
paisajes, cocina y, sobre todo, de personas muy especiales: nuestros hijos. En este caso, retornamos a Conil de la Frontera, en Cádiz, y su hermoso y envidiable entorno, dándose la circunstancia de que nuestra presencia allí ha coincidido con las celebraciones gastronómicas en torno a esa joya culinaria que es el atún de almadraba (pesca de esa especie con la milenaria técnica de la almadraba en Conil, Zahara, etc.), el "cerdo del mar", como alguien lo ha bautizado, refiriéndose a que de él se aprovecha absolutamente todo. Recordemos algunas de las características de este protagonista del mar y de nuestros platos:
 Atún (Thunnus thynnus) Pez teleósteo, acantopterigio, común en los mares de España, frecuentemente de dos a tres metros de largo, negro azulado por encima y gris plateado por debajo, y con los ojos muy pequeños. Su carne, tanto fresca como salada, es de gusto agradable. Su nombre proviene del árabe hispano attún, este del árabe clásico tunn, y este del griego θννος.

            Rojo o cimarrón, blanco, de aletas amarillas o patudo, el atún es uno de los pescados azules más consumidos en nuestro país. Su carne posee un 12% de grasa, lo que lo convierte en un pescado graso, pero se trata de una grasa rica en ácidos grasos omega3, que ayuda a disminuir los niveles de colesterol y de triglicéridos en sangre y a hacer la sangre más fluida, lo que disminuye el riesgo de aterosclerosis y trombosis. Por este motivo es recomendable el consumo de atún y otros pescados azules en caso de enfermedades cardiovasculares. Es rico en vitaminas del grupo B y minerales como el fósforo, magnesio, yodo y hierro. Su ingestión no es recomendable en el caso de padecimientos como la hiperuricemia o gota.
  Nuestro nuevo periplo por la costa gaditana se ha desarrollado durante los días 12 al 15 de mayo. La verdad es que resulta complicado en las pocas líneas que dedicamos en este blog a estas "escapadas" dar cabida a todas y cada una de las magníficas experiencias culinarias que hemos disfrutado a lo largo del citado recorrido, pero lo intentaremos.
 El viernes 12, por la noche, tuvimos ocasión de cenar en  La Ola, justo al lado de la orilla del mar en la misma playa de Conil. Disfrutamos, a la vez, de una esplendorosa puesta de sol y una cena inolvidable, ligera, pero completa y nutritiva: compartimos ensalada de ventresca de atún con tomate y mozzarella, milhojas de queso de cabra y foie, chocos fritos y bocinegro al aceite (denominación
que se da al pargo en la zona), todo ello regado por un magnífico vino blanco semidulce, Tierra Blanca. De postre, helado envuelto una especie de pasta brick frita, ¡exquisito!
 El Campero. Trato exquisito, mejores viandas y precio razonable. Sushi, rape empanado, variado de atún a la plancha; todo formidable, y muy curioso el corazón de atún a la plancha. Cerveza y vino blanco acompañaron el magnífico almuerzo. El atún, estupendo, como también lo está el morrillo de atún que, en otra ocasión, probamos en el restaurante Antonio, en Zahara de los Atunes, extraordinario.
El sábado 13, al mediodía, nos acercamos hasta Barbate, donde pudimos comprar magníficas conservas y salazones, la mayoría de ellas relacionadas con el atún, paseamos por la población, su paseo marítimo, y nos acercarmos a uno de sus restaurantes más reputados:
 De noche, paseo por Conil con un magnífico ambiente, y nos pasamos por la taberna de La Chanca, un lugar de referencia que ha obtenido premios en los concursos de la semana del atún conileña. Tortillita de camarones y pastela de atún sobre crema de mango constituyeron unos aperitivos ligeros para terminar ese día.

 El domingo 14, a media mañana, tomamos rumbo hasta Sanlúcar de Barrameda, más exactamente hacia la zona de Bajo de Guía. Allí, entre una completa oferta de restaurantes donde elegir, nos decidimos por Avante Claro, siendo una elección acertada. En él, frente al Coto de Doñana al otro lado del Guadalquivir, una ensalada mixta, coquinas rehogadas, atún a la plancha y corvina con salsa de la casa, cerveza y manzanilla fresquita para trasegar, todo al centro para que pudiésemos picar los cuatro, compusieron un menú extraordinario para Maricarmen, Ana -nuestra hija-, Javi -su marido- y un servidor. Después de un paseo por el hermoso centro histórico de Sanlúcar y un rico helado en la célebre heladería Toni, en la Plaza del cabildo, salimos en dirección a Zahora, más concretamente fuimos hasta el Chiringuito Sajorami, donde disfrutamos de unas vistas increibles y una temperatura casi veraniega frente al mar. Unos magníficos gin-tonics ayudaron a terminar una tarde amenizada musicalmente por un equipo al que, por ponerle algún defecto, tendría que haber tenido algo de menos volumen.

 Por la noche de ese domingo habíamos reservado mesa en La Castillería, una experiencia culinaria y
paisajista para recordar y recomendar. A los pies del promontorio dominado por la bella población de Vejer de la Frontera, en la pedanía de Santa Lucía, entre molinos de agua y los restos de un vetusto acueducto tardorromano, reutilizado por los musulmanes, se encuentra este precioso y coqueto restaurante, especializado en carnes de apariencia y sabor inigualables, servido por un personal educado y atento. Un pastel de verdura, parrillada de verduras, cochifrito, chuletitas de cordero y lomo de ternera rubia, regados con cerveza y Ribera del Duero y rubricados por un arroz con leche, mousse de queso con miel y nueces y crema de queso con pasta de frambuesa, otra vez todo al centro para compartir, constituyeron los elementos integrantes para una cena inolvidable por la calidad de las viandas y la atención y discreción de que fuimos objeto, así como por la música ambiental que amenizaba la misma.
El lunes 15, tras almorzar un puchero en casa, retornamos a Hinojos, Huelva, esperando volver pronto a ver a los chicos y... Pergeñando nuevas salidas y experinecias culinarias futuras, como las previstas en julio, en Tierra Santa, y, junto a un grupo de amigos, en el mes de agosto, realizando los últimos 120 km del Camino de Santiago, partiendo desde Sarria, en Lugo. De lo que probemos en estas aventuras nos haremos eco en este blog.
 Asimismo, antes o después, también escribiremos sobre el disfrute de los sentidos en Huelva y su entorno.
¡Hasta pronto!






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