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domingo, 21 de agosto de 2016

Croquetas de choco en su tinta



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Ingredientes: 3oo g de chocos; alrededor de ½ l de leche; 1 huevo; 3 cucharadas de harina; 1cebolla; 2 dientes de ajo; un poco de pimienta molida; un poco de nuez moscada; pan rallado; tinta de choco; aceite de oliva, y sal.

  -  Preparación: Lavamos el choco y lo partimos en trocitos muy pequeños (podemos hacerlo en una picadora), reservándolo. Por otro lado, en una sartén, echamos aceite de oliva para freír la cebolla y los ajitos picados y una vez pochados, añadimos el choco, mareando hasta que esté casi en su punto. Si quiere, según su gusto, podemos picar el preparado obtenido para lograr la textura que prefiera. A continuación, echamos un poco de pimienta negra molida, una pizca de nuez moscada y salamos para, seguidamente, agregar la harina, friéndola un poco, la leche y, sin dejar de remover, mezclamos con la tinta del choco hasta crear una pasta que estará a punto cuando no se adhiera a la sartén. Finalmente, echamos sobre una bandeja, dejando que se enfríe, y vamos haciendo las croquetas ayudándonos de dos cucharillas, pasándolas por huevo batido y pan rallado. Freímos en aceite de oliva muy caliente y listas. ¡Exquisitas!

-     Sugerencias: Si queremos, podemos convertirlas en albóndigas dándoles la forma de las mismas y añadiéndoles una salsa de cebolla en la que las hacemos hervir o las servimos con mahonesa una vez fritas. También podemos hacerlas sin la tinta. Finalmente, señalar que podemos congelarlas antes de freírlas para así conservarlas durante más tiempo.
Algunas curiosidades sobre el choco:

Choco (Jibia) (Sepia officinalis). Molusco cefalópodo dibranquial, decápodo, de cuerpo oval, con una aleta a cada lado. De los diez tentáculos, los dos más largos llevan ventosas sobre el extremo, mientras que los otros ocho las tienen en toda su longitud. En el dorso, cubierta por la piel, tiene una concha calcárea, blanda y ligera. Alcanza unos 30 cm de largo, abunda en los mares templados y es comestible. El término choco quizá proviene del gallego o portugués choco; mientras que jibialo hace del latín SEPIA, y este del griego σηπα.

            Sus propiedades son muy similares a las del calamar. Es un alimento muy interesante para los deportistas porque aporta proteínas sin apenas grasas y es una fuente de vitamina B12, selenio, fósforo, hierro y calcio. Además su textura cartilaginosa la hacen un alimento de interés para las articulaciones, por lo que se recomienda tomarla aliñada con zumo de limón para nutrir el colágeno.
 


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