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lunes, 7 de noviembre de 2016

Pasta con champiñones, nata y bacón



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Ingredientes: 275 g de pasta (nosotros hemos utilizado farfalle –lacitos–); ¼ kg de champiñones laminados; 200 g de bacón; ¼ l de nata líquida; ½ cebolla pequeña; 2 dientes de ajo; un poco de orégano; aceite de oliva, y sal.
  -   Preparación: Ponemos en una sartén un poco de aceite de oliva para freír la cebolla y los dientes de ajo muy picaditos, esperando a que estén sancochados para añadirles el bacón, rehogar y agregar los champiñones, dejando hacer hasta que estén listos, añadiendo la nata y esperando a que comience a hervir para retirar. Por otro lado, ponemos agua a calentar con un poco de sal, aceite de oliva y orégano; cuando está hirviendo, añadimos la pasta y esperamos alrededor de 10 min para que esté “al dente” (usted decide el tiempo a su gusto). Escurrimos la pasta con un poco de agua fría, la ponemos sobre los platos, colocamos encima el preparado caliente y lista.

Algunas curiosidades sobre el ajo:

Ajo (Allium sativum). Planta de la familia de las Liliáceas, aunque hoy se tiende a incluirla entre las Aliáceas, de 30 a 40 cm de altura, con hojas ensiformes muy estrechas y bohordo con flores pequeñas y blancas. El bulbo es también blanco, redondo y de olor fuerte y se usa mucho como condimento. Existen diversos tipos: blanco, rosado, etc. Aunque posee un origen incierto, se le considera oriundo de Asia, desde donde se extendió a toda Europa y, desde aquí, hacia América a través de los conquistadores españoles. En Egipto era consumido por los esclavos que trabajaban en la construcción de las pirámides, ya que se le atribuían propiedades fortificantes y vigorizadoras. Durante los tiempos de la  Grecia y Roma antiguas era consumido principalmente por soldados, navegantes y campesinos. Los gladiadores eran muy aficionados a su consumo por las propiedades excitantes de la libido que se le atribuían. En la Edad Media ya se le usaba con fines terapéuticos, generalmente para combatir enfermedades bacgterianas. El término ajo procede del latín alĭum.
En gastronomía tiene un protagonismo estelar al ser aderezo indispensable de muchos platos, pudiendo utilizarse en forma de cabezas, dientes del bulbo o laminados. Actualmente, el ajo es muy utilizado en la medicina naturista, teniendo una amplia utilización farmacológica. Es eficaz como antibiótico, combatiendo numerosos hongos, bacterias y virus; en el control de enfermedades cardíacas, ya que reduce el bloqueo de las arterias y aminora la presión arterial y el colesterol; incrementa el nivel de insulina en el cuerpo; controla los daños causados por la arteriosclerosis y el reuma. También se lo relaciona con la prevención de ciertos tipos de cáncer y en la reversión del estrés y la depresión.



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