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Ingredientes: Un kg de habitas ya peladas; dos
cebollas frescas; cuatro huevos; agua; aceite de oliva, y sal.
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Preparación: En una cacerola ponemos cuatro
cucharas de aceite de oliva y cuando está caliente echamos las cebollas muy
partiditas, rehogándose con cuchara de madera y cuando ya están pochadas le
añadimos las habitas, cubrimos de agua, salamos y esperamos la cocción hasta
que estén tiernas. Antes de servir podemos estrellarles los huevos y,
opcionalmente, podemos añadirle un poco de jamón picado.
Algunas curiosidades sobre la sal:
Sal (NaCl). La sal de mesa, sal común o sal marina, es
una sustancia ordinariamente blanca, ristalina, de sabor propio bien señalado, muy soluble en agua, crepitante en
el fuego y que se emplea para sazonar los alimentos y conservar las carnes
muertas. Es el cloruro sódico que abunda en las aguas del mar y se halla
también en masas sólidas en el seno de la tierra, o disuelta en lagunas y
manantiales. Es el condimento más antiguo usado por el hombre y su importancia
para la vida es tal que ha marcado el desarrollo de la historia en diversas
fases. Es posible que el primer tratado conocido sobre la sal apareciera
publicado en China
por el 2700 a.C. El término salario,
derivado del latín
salarium,
proviene de sal y
deriva de la cantidad de sal que se
le daba a un trabajador -en particular, a los legionarios romanos- para poder
conservar los alimentos. Hasta el siglo XX
se cobraba un impuesto para la sal. Históricamente,
la explotación de sal se ha realizado
en salinas
de las zonas costeras y en minas.
Lo recomendable
es ingerir una cantidad de hasta 6 g/día.
Sólo en momentos de mucha deshidratación debida a la transpiración y la diuresis
como puede ocurrir en jornadas muy cálidas (igual o más de 30 ºC), o
tras ejercicios intensos en los cuales por transpiración se pueden perder mucho
sodio, puede ser recomendable una ingesta de sal que sobrepase los 6 g/día, aunque en prácticamente todos los
casos el consumo de sal es
contraindicado para la gente con hiperensión
o con deficiencias renales. Los regímenes médicos suelen incluir alimentos
pobres en sal.