- Ingredientes: ½ kg de bacalao desmenuzado o troceado; 1 kg y ½ de tomate natural o 1 kg de tomate triturado de
lata; 1 cebolla; 1 pimiento verde; una pizca de pimienta negra molida; azúcar,
y aceite de oliva.
-Preparación: Desalamos el bacalao en agua
durante un día, cambiándole el agua varias veces. Aparte, en una cacerola,
ponemos aceite de oliva y doramos el bacalao y lo apartamos; en el mismo aceite
freímos la cebolla muy picada y el pimiento verde troceado, esperando que la
cebolla esté transparente para echar el tomate y una pizca de pimienta,
rectificando con azúcar la acidez. Esperamos a que el tomate esté hecho y 15
min antes de servir le echamos el bacalao, dejando hervir ese tiempo.
Algunas curiosidades sobre el bacalao:
Bacalao (Gadus
morhua). Pez teleósteo, anacanto, de cuerpo
simétrico, con tres aletas dorsales y dosanales, y una barbilla en la sínfisis
de la mandíbula inferior. Vive en mares fríos del norte. Por lo general el bacalao es de tamaño pequeño, aunque
algunos ejemplares pueden llegar a alcanzar los 100 kg de peso con un tamaño
de hasta casi 2 m.
Se alimenta de peces más pequeños como el arenque.
El bacalao puede consumirse fresco o
seco. Este último permitió durante siglos a numerosas poblaciones continentales
europeas disponer de reservas proteínicas. De hecho, muchos de los viajes de
los navegantes ibéricos no habrían sido posibles sin contar con este producto como
alimento. También es muy apreciado el aceite que se extrae de su hígado. Su
nombre procede del
vasco bakailao y este del neerlandés antiguo bakeljauw,
variante de kabeljauw.
El bacalao es un pescado blanco y, por
tanto, posee un bajo contenido graso. Almacena sus reservas de grasa
preferentemente en el hígado, empleado para la fabricación de aceite de
pescado. Su carne es rica en proteínas de alto valor biológico y además posee
una amplia variedad de vitaminas y minerales. Entre las vitaminas destacan las
del grupo B.
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