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Ingredientes: 1 kg de caracoles; 3 o 4 puñados de
sal; 4 o 5 dientes de ajo; un poco de pimienta negra; un poco de comino; 2 o
3 clavos; un poco de orégano; un poco de tomillo; 1 o 2 guindillas; 1
pastilla de concentrado de caldo; unas ramas de hinojo; un manojo de hierbabuena, y una pizca de
sal.
- Preparación: Si los caracoles están vivos (mejor si lo
están) los colocamos en un recipiente para lavarlos varias veces con agua, que
vamos cambiando, con el fin de quitarles toda la baba. Seguidamente los
volcamos en el fregadero, ya sin agua, y le añadimos los tres o cuatro puñados
de sal; vamos dando vueltas con las manos y los dejamos un rato reposar. A
continuación, bajo el grifo y a puñados, terminamos de limpiarlos y los
colocamos en la olla donde vayamos a cocinarlos y los cubrimos de agua. Ponemos
el fuego a mínimo para que vayan poco a poco saliendo; aparte, en un almirez,
echamos los restantes ingredientes salvo la hierbabuena, que majamos y metemos
en una muñequilla de trapo bien limpia. Paulatinamente hemos ido aumentando la
potencia del fuego hasta que observamos que los caracoles tienen “los cuernos”
fuera, espumamos con las ramas de hinojo para que el agua esté limpia y le añadimos la muñequilla que,
de vez en cuando, apretaremos a una de las paredes de la cacerola con una
espumadera con el fin de que suelte todo su jugo. Cuando haya hervido veinte
minutos o una media hora, le echamos el manojo de hierbabuena y estará
hirviendo aproximadamente otra media hora. Deliciosos tanto los caracoles como
el caldo.
Algunas curiosidades sobre los caracoles:
Caracol.
Cada uno de los moluscos testáceos de la clase de los
Gasterópodos. De sus muchas especies, algunas de las cuales son comestibles,
unas viven en el mar, otras en las aguas dulces y otras son terrestres. Su uso
culinario se remonta a la Edad
del Bronce (1800 a.C.),
siendo los romanos quienes más lo utilizaron llegando a crear lugares para
criarlos (cochlearium). Su nombre proviene
de una derivación popular del latín cochleāre.
De las muchas especies comestibles destacaríamos el
caracol común (Helix aspersa) y la cabrilla (Otala punctata).
El caracol es un
alimento muy saludable dado su bajo aporte de calorías
(100 gramos
de carne de caracol aportan únicamente 60-80 calorías), destacando su baja
composición de grasas, y, por contra, su aportación de proteínas y minerales:
calcio, magnesio, manganeso, zinc, yodo, cobre y azufre.
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